La pasta filata se caracteriza por su funcionalidad ya que, cuando se calienta (por ejemplo, sobre una pizza), puede generar la elasticidad y la sensación en boca que los consumidores asocian con la deseabilidad de una pizza. Entre las variedades regionales de queso de pasta filata se cuentan la mozzarella, el queso para pizza, el provolone, el kashkaval, el oaxaca y muchos más.
Los amplios beneficios funcionales que aporta la pasta filata han llevado a que este tipo de queso represente el segmento más grande, el que más crece y el más extendido a nivel internacional. Supone más del 20 % del queso producido en todo el mundo y se estima que para 2027 alcanzará unas ventas de 88.853 millones de dólares (78.570 millones de euros), con una tasa anual compuesta de crecimiento del 5,5 % (2019-2027).1
Satisfaga las tendencias de consumo actuales y emergentes
Como la pizza para servicios de comida no dejaba de crecer con fuerza, hace casi dos décadas decidimos responder a la percepción de que esa demanda superaba al consumo de queso por persona. El resultado fue que Chr. Hansen lanzó una serie de cultivos y enzimas de alto rendimiento. La intención era ofrecer a los fabricantes de pasta filata la posibilidad de aumentar la producción de queso y maximizar la eficiencia de la leche mediante soluciones naturales y, al mismo tiempo, prestar mucha atención a proteger procesos posteriores de fraccionamiento del suero.
Sin dejar de lado nuestra sólida tradición, hemos seguido desarrollando soluciones de mejora del rendimiento, abordando simultáneamente la funcionalidad y la sostenibilidad para que los fabricantes de pasta filata dispongan de las opciones que necesitan para satisfacer las tendencias de consumo actuales y emergentes.
Nuestro espíritu de innovación florece con la constante investigación y desarrollo para garantizar que nuestros clientes reciban el máximo nivel de colaboración para lograr sus objetivos y triunfar en el sector de la pasta filata.
