Distintos departamentos y muchas tareas interesantes
Las instalaciones de producción de la planta de Copenhague incluyen muchos tipos de máquinas para elaborar y manipular diferentes ingredientes y productos en las distintas fases. Gracias a eso, las prácticas en Chr. Hansen permiten experimentar labores de muchos tipos y tener contacto con diferentes equipos.
«Empecé en recepción de mercancías, donde una de mis principales responsabilidades era conducir una carretilla elevadora. Acababa de conseguir el certificado de carretilla elevadora, por lo que tenía mucho que practicar. Luego, pasé al departamento donde se envasan los productos liofilizados de la empresa. En la sección de congelados desarrollé una labor parecida, pero trabajando en congeladores que estaban a -55 °C. Recibí formación en el sistema SAP para poder preparar yo solo los pedidos con los productos correspondientes. Me ha parecido estimulante realizar tareas diferentes y he disfrutado con que las jornadas laborales fueran variadas», dice Imre.
Prácticas estructuradas y bien planificadas
En cada departamento de la planta de Copenhague, se ha designado a una persona responsable de gestionar el día a día de las prácticas y a la que pueden acudir los estudiantes. Cada uno de esos responsables se asegura de que los trabajadores en prácticas progresen y aprendan lo necesario durante su estancia.
«Creo que funciona bien. Me ha permitido conocer bien mis tareas y lo que hay que tener presente en los diferentes departamentos», afirma Imre.
Grandes compañeros
Para Imre, es importante contar con compañeros que puedan echarle una mano y contribuir a su desarrollo profesional durante las prácticas. Eso es precisamente lo que se ha encontrado en Chr. Hansen:
«Mis mentores y mis compañeros han sido de gran ayuda durante todo el periodo de prácticas. Me han dado la oportunidad de probar muchas cosas nuevas. Es evidente que hace falta practicar más para que todo salga realmente bien, pero siempre he tenido alguien dispuesto a enseñarme cómo se hacía y la mejor manera de empezar. Ha habido una buena comunicación entre nosotros, con expectativas y directrices claras y transparentes», explica Imre.
Imre también agradece la paciencia con la que se le ha tratado: «Mi danés no deja de mejorar, pero no es perfecto. Los compañeros han tenido mucha paciencia y flexibilidad, así que nunca ha sido un problema si han dedicado algo más de tiempo a explicarme las cosas. He podido sentir que para ellos es importante que me integre en el equipo y eso me ha gustado mucho».