La documentación clínica es un elemento clave de los probióticos. La definición de probióticos, «microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, aportan un beneficio para la salud del hospedador»,1 pone de manifiesto que los probióticos deben poseer un efecto beneficioso.
¿Qué buscar?
Para verificar la posible eficacia de un probiótico en concreto, es fundamental documentar el efecto por medio de estudios clínicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) resaltan que «… deberían realizarse ensayos aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo y en humanos para establecer la eficacia del producto probiótico». 2 Al estudiar la eficacia de los probióticos resulta fundamental hacerlo a nivel de cepas «… puesto que el efecto probiótico parece ser específico de la cepa». 2.
Las cepas mejor documentadas científicamente
Tenemos el compromiso de ofrecer lo mejor y nos enorgullecemos de que nuestros probióticos sean los que están mejor documentados científicamente del mundo.
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- Por su parte, más de 760 publicaciones científicas3 y más de 260 estudios clínicos3 convierten a Lactobacillus rhamnosus (LGG®) en el Lactobacillus mejor documentado del mundo.
Por eso las cepas PROBIO-TEC® son la elección óptima cuando la ciencia importa.
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1 FAO/OMS. Directrices para la evaluación de probióticos en los alimentos. 2002
2 FAO/OMS. Propiedades Saludables y Nutricionales de los Probióticos en los Alimentos, incluida la Leche en Polvo con Bacterias Vivas del Ácido Láctico. 2001
3 En julio de 2015
LGG®, BB-12® y PROBIO-TEC® son marcas registradas de Chr. Hansen A/S.
